Ya estamos aquí de nuevo con un “Vestidos de cine”. Esta vez con Marilyn Monroe como protagonista. Y es que nadie como ella para calzarse unos modelos como los que vamos a ver a continuación y pasar a la historia. Hot, hot, hot.
Efectivamente, estamos hablando del vestuario de Con faldas y a lo loco (1959) de Billy Wilder, que Marilyn coprotagonizó con Jack Lemmon y Tony Curtis. Todos los diseños que vemos en la cinta son para tomar nota. Incluso los que lucen Lemmon y Curtis vestidos de mujer son fabulosos. De hecho, su artífice, Orry Kelly se llevó el Oscar al diseño de vestuario aquel año.
Las dos joyas
Pero de entre todos los estilismos hay dos joyas que sobre la piel de la Monroe se convirtieron en iconos. Se trata del vestido plateado con el que Sugar (Marilyn en la película) acude a cenar con Tony Curtis y el modelo negro con el que canta la última canción de la película.
Ambos tienen patrones muy similares. Los dos diseños son sin mangas, con la espalda totalmente descubierta y con un “falso” escote delantero. Elaborados con gasas y tules, dejan muy poco a la imaginación, y probablemente sean los dos vestidos más sexys que lució Marilyn en la gran pantalla.
“Falso” escote delantero
En la parte delantera de los diseños, Orry Kelly utilizó tul para crear un falso escote redondo. Probablemente así pasó la censura de la época, ya que en realidad es totalmente transparente. Los bordados y aplicaciones que ocultan “algo” no empiezan hasta el crítico momento. Y el escote de la espalda no se queda atrás. Abierto también hasta el final (repetimos, final) de la espalda. Riesgo total.
Por aquí estamos convencidos de que Marilyn Monroe no llevaba nada más que aquellos modelos sobre su piel. Porque con vestidos así, no hay ropa interior mágica que valga. Desde luego, no se puede ir casi desnuda y más glamourosa que ella. Espectacular.
¿Qué os parecen estos vestidos de cine? ¿Habéis visto algo más sensual que estos estilismos que luce Marilyn?
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